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Su Alteza Serenísima

La hoguera de las hipocresías

La hoguera de las hipocresías

Mis comentarios se contraponen constantemente (parte de la evolución o de la "madurez" de mis vivencias) pero siempre tienen una esencia: la lucha por combatir la idiotez e hipocresía de nuestros gobiernos, de nuestra población hundida en la miseria de su estrechez. Europa se siente "cool" porque abre sus fronteras a los países delimitados en sus confines geopolíticos y las cierran a los afines a sus ideologías (¿Qué es una nación? se preguntaba Renan en 1882: una voluntad; no la raza, no la religión, no la lengua ni nada de esas idioteces; invenciones humanas para legitimar que "unos son más iguales que los otros" -pese a lo cual prefiero a Catalunya independiente del resto del estado opresor español, no opresor con los catalanes por supuesto, pero sí con nosotros que estamos sólo de paso y para acabarla de joder, estudiando). Ser un humano para Europa es si vives del Mare Nostrum pero en la parte de arriba y los del este, esos "bárbaros" pues ya ni modo, son parte geográfica de esa parte del mundo y por eso los invitan, como ciudadanos de segunda división, a su Unión (yo, entonces soy ciudadano de tercera o cuarta clase, inferior a ellos en lengua, raza y esas cosas que Renana combatía olvidando, los "progresistas" europeos, su hermoso concepto de "voluntad"). Al sur del Mare Nostrum no hay nada para esos progresistas, hijos de la gran "libertad", sólo las familias de los inmigrantes que quitan trabajo en sus pacíficas y superiores naciones.

Europa se lamenta por Napoleón, se lamenta por su Historia y quieren olvidarla porque quieren olvidar que han sido los instigadores de las máximas acciones horrendas en contra de la humanidad (Racismo, colonialismo, sus descendientes son yanquis por el amor de Zeus Pater, holocaustos y cristianismo -sic-, entre otras cosas aunados al absolutismo y otras idioteces de sangre azul -sangre azul por prácticas endogámicas, pero gracias a los sempiternos amoríos de las reinas con sus lacayos se salvan algunos de la contaminada sangre; ya se ve que el futuro Felipe VI de España no tiene tanta cara de idiota, sólo lo justo). Se contradicen, como buenos europeos que son (hermanos, hijos y padres de los gringos),  porque pese a que gustan olvidarse de su horrenda historia (aunque posean una increíble afición por recodar sólo las cosas bonitas) continúan con su perspectiva hegeliana sobre el ser histórico y el concepto de progreso que, si me permiten decirlo, me da asco, se abstraen constantemente mientras se afanan por el concepto de libertad (pero sólo para Europa, claro está y, bueno, Estados Unidos, ¿qué sería Europa sin su incestuoso padre Estados Unidos? Porque alguna vez fueron padre de ellos, ahora són el hijo predilecto del capitalismo. ¿Y osan llamarse el primer mundo? El que busca "paternalmente" hacerse cargo del resto del mundo, el que busca legitimar su posición racial de la superioridad, del superhombre que los nazis tergiversaron de una idea de Nietzsche; odian a Napoleón, odian su concepto de igualdad para Europa, para el mundo carajo, pero tergiversan sus ideas y buscan aún más en el pasado, en la gloria de Roma (pero en la imperial, no republicana; en la pax romana del poder en un solo hombre -Augusto=Alemania-); la Alemania traumada por su historia, la que no reconoce su error, sólo pide disculpas sin sentirlo, sólo buscan evadir el problema; deben de enfrentarlo para encontrar una solución en el presente, para eso es la Historia, maestra de la vida.

Vean ese pedazo de "ficción" en que vivimos (Planeta Tierra), lo destrozamos con nuestra vorágine industrial, matamos a sus habitantes (animales, plantas), destruimos bosques y contaminamos el aire y las aguas; pero es ilegal quemar una puñetera bandera de Estados Unidos, no es permitido decir que Hitler dominó Alemania entre 1936 y 1945, en España no es permitido hablar a la ligera del franquismo pero muchos son hijos de su tiempo, en México es inmoral no ser cristiano-católico y no sé cuántas más barbaridades. Sí, olvidemos nuestro pasado para caer en los errores de siempre: odio, guerras; pero honremos himnos y fronteras y destruyamos lo que realmente vale: el Planeta Tierra, un lugar de ficción donde todos somos ilegales, inmigrantes y no poseemos los mismos derechos que los que la destruyen con más pasión y placer. Sí, unámonos en libertad, libertad de ser superiores a los demás, de sentirse primermundistas que al cabo los primeros en joderse son el tercer mundo y ya después de destruir al planeta con el capitalismo y las ideas de superioridad racial... nos mudamos a otro sitio (Marte o Venus o qué sé yo), ¡que la conquista y la colonización nunca termine! Me dan asco Unión Europea y Estados Unidos, me dan un puñetero asco y escupo a sus banderas, a sus constituciones; que yo sólo canto un himno, el de la libertad, igualdad y fraternidad en una sola nación: Tierra.

1 comentario

Angie -

BRAVOOO!!! PENSE QUE TARDARIA MUCHO EN LEER A UN HOMBRE INTELIGENTE Y CLARO....ME AGRADAS SOBREMANERA.