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Su Alteza Serenísima

Los Olvidados de la Historia de México

El Fin del Segundo Imperio

El Fin del Segundo Imperio    Quizá los 3 personajes más polémicos de la historia de México son Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz y Maximilian Ferdinand Joseph von Habsburg, mejor conocido como Maximiliano I, Emperador de México. Esta vez quisiera hablar sobre este polémico personaje que protoganizó el Segundo (y último) Imperio de México. Maximiliano llegó a México convencido de que el pueblo mexicano pedía su presencia en el país mediante un forzado plebiscito que el Emperador francés Napoleón III impuso a los mexicanos. Los liberales veían a esta acción contra un atentado a la soberanía nacional mientras los conservadores, después de varios intentos frustrados por recuperar el gobierno de México, al fin pudieron ver cómo en México volvía una monarquía a regirnos. Es por todo mexicano conocido que la intervención francesa ha sido uno de los episodios más nefastos de la historia de nuestro país; es por todo mexicano conocido que el legal representante de los mexicanos en esos momentos era Benito Juárez García, electo constitucionalmente por el pueblo de México. Sin embargo, y ésta es una opinión personal, Maximiliano I no fue precisamente un tirano invasor como lo era Napoleón III, sino que trajo consigo reformas liberales parecidas a la Leyes de Reforma de Juárez, gobernando de tal manera que los conservadores se sentían traicionados por su propio Emperador. Quizá Maximiliano era el menos culpable de toda aquella situación (recordemos que Maximiliano fue presionado por Napoleón III para gobernar México además de que su hermano, Francisco José, quería evitar a toda costa que su hermano pudiera llegar al Imperio de Austria que por antonomasia le pertenecía a él pero la popularidad del Archiduque en Austria era lo suficientemente considerable como para que el Emperador temiera por una posible sublevación del pueblo en su contra y a favor de Maximiliano). Después de que Napoleón III retirara sus fuerzas de México ante  la inminente amenaza de las potencias europeas en su contra, Maximiliano se quedó prácticamente solo en el gobierno de México. Éste se había negado a renunciar a la corona de México y fue fusilado el 19 de junio de 1867 por las fuerzas republicanas. La Emperatriz Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine Léopoldine de Saxe-Coburg murió el 19 de enero de 1927 recluida en el Château de Bouchout de Bélgica. Cada quien que juzgue y condene las acciones del Emperador Maximiliano I a su parecer. Yo condeno a la intervención francesa y a los traidores conservadores que apoyaron dicha intervención; pero a Maximiliano de Habsburgo no lo condeno del todo porque quizá fue el menos culpable entre los culpables... Pero lo más importante de todo esto es que en México volvió la democracia y la República y no hemos vuelto a perderla por ningún invasor extranjero a pesar de que algunos países tienen influencia negativa en el país y que muchos mexicanos siguen traicionando a su propio país con gobiernos corruptos.

Un Emperador ¿traidor y traicionado?

Un Emperador ¿traidor y traicionado?

 “Ya sabéis el modo de ser libres. A vosotros os toca el de ser felices”.

   Hablar sobre Agustín de Iturbide (Agustín I) Emperador de México (1822-1823) es hablar sobre otro polémico personaje mexicano. En esta ocasión no ahondaré mucho en criticarlo o justificarlo. Esta vez sólo quiero expresar que independientemente de su fanatismo religioso (en el que estoy en contra como buen agnóstico que pretendo ser) y de haber proclamado un Imperio en vez de una República (una gran contradicción de Iturbide porque él peleó en contra del sistema monárquico), este hombre de descendencia vasca consumió la independencia de México; eso no es cualquier cosa. En México (estúpidamente para mí) se festeja el día en que la lucha por la independencia inició y no su consumación... ¿Será porque el pueblo mexicano ve en Iturbide a un traidor?

   "Estimado amigo:
No dudo en darle a usted este título, porque la firmeza y el valor son las cualidades primeras que constituyen el carácter del hombre de bien, y me lisonjeo de darle a usted en breve, un abrazo que confirme mi expresión. Envío a usted al portador para que le dé por mí las ideas que sería muy largo explicar con la pluma; y en este lugar sólo asegure a usted que dirigiéndome usted y yo a un mismo fin, nos resta únicamente acordar, por un plan bien sistemado, los medios que nos deben conducir indudablemente, y por el camino más corto. Cuando hablemos usted y yo se asegurará de mis verdaderos sentimientos. Para facilitar nuestra comunicación me dirigiré luego a Chilpancingo, donde no dudo que usted se servirá acercarse y que más haremos, sin duda, en media hora de conferencia, que en muchas cartas. Aunque estoy seguro de que usted no dudará un momento de la firmeza de mi palabra, porque nunca di motivo para ello, pero el portador de ésta, la garantizará a satisfacción de usted mismo, por si hubiere quien intente infundirle la menor desconfianza..., no debe dudar que ninguno en la Nueva España es más interesado en la felicidad de ella, ni la deseo con más ardor, que su muy afecto amigo que ansía comprobar con obras esta verdad y que su mano besa.

Agustín de Iturbide
Tepecoacuilco, a 4 de febrero de 1821."

 

CARTA DEL COMANDANTE DEL EJÉRCITO DEL SUR, AGUSTÍN DE ITURBIDE AL GRAL. VICENTE GUERRERO.
FRAGMENTO.